Ashlyn Blocker tiene 13 años y nunca ha experimentado la sensación de dolor.
Podríais pensar que es afortunada, pero nada más lejos. En realidad es
una condena. Ashlyn debe estar constantemente bajo supervisión de un
adulto, de lo contrario lo más probable es que acabase haciéndose daño
sin darse cuenta.
Cuando tenía dos años puso las manos sobre una
máquina de limpieza a presión que su padre estaba usando para lavar el
coche. Cuando su progenitor se quiso percatar, la niña ya tenía sus
pequeñas manitas en carne viva. Se había abrasado y ni tan siquiera lo
había sentido.
Ashlyn presenta una extraña condición genética poco común que
la hace invulnerable al dolor, pero no evita que sufra lesiones. Así
que la próxima vez que sintáis dolor, pensad en lo importante que es
para vuestra vida.
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