Gabi Jones padece desorden de excitación genital: su sistema circulatorio riega en exceso los órganos sexuales, propiciando una excitación constante y una cercanía al orgasmo casi permanente.
A Jones, de 25 años, su sistema nervioso le desencadena ese mecanismo cuando come helados. Cuando descubrió este detalle, le cogió tanto el gusto que ha pasado de pesar 95 kilos a sobrepasar los 200.
Y vende al mundo su “desgracia” en www.gaininggabi.com
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