Dudaban de si esta polilla Phyllodes imperialis se habría extinguido del todo, ya que se sabe hace décadas que quedan muy pocos ejemplares y solo localizados en Oceanía. Pero no, más bien mata del susto comprobar que sigue vivita y coleando.
El susto (moderado) se lo llevó el biólogo y fotógrafo Lui Weber, que encontró este otoño una escalofriante larva de esta especie de la familia Noctuidae en la selva subtropical de Nueva Gales del Sur (Australia).
A muchos, sus tinturas blancas les recuerdan a la dentición de una calavera, pero bien podría ser también vivo retrato de un Spider-Man en miniatura.
Su “cara” verdadera está bajo lo que parece la barbilla, pero, cuando el peligro acecha, se coloca en esa postura para defenderse, mostrando así su terrorífica “careta” y asustando a los depredadores.
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