El Hospital Songziniao, en la ciudad china de Wuhan,
va más allá de lo que comúnmente entendemos por hospital. Además de los
pabellones habituales de traumatología, pediatría, cardiología,
oncología… ha habilitado un pabellón especial para fomentar la fertilidad, destinado a parejas con problemas para tener descendencia.
No se trata de salas para practicar fecundaciones in vitro, ni para
ofrecer un tratamiento químico a aquellos caballeros cuyos
espermatozoides sean vagos, ni para aquellas señoras cuyo útero esté
resguardado por un ejército de espermicidas.
Los responsables del centro médico han habilitado unas habitaciones
especiales para la práctica del sexo en un ambiente de relax. Sostienen
que el principal causante de la esterilidad es el estrés, así que han
montado una suerte de burdel, pero sin prostitutas, con el fin único de “promover el embarazo alentando la pasión sexual de los pacientes”.
Las estancias del Hospital Songziniao están equipadas con sofás,
camas, juguetes sexuales, vídeos y libros eróticos… y todo lujo de
detalle para incitar a los visitantes a ponerse manos a la obra con la
tarea de la reproducción.
El precio por pasar allí una noche es de unos 120 euros.
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