
La pitón de tres metros luchó por no caer del ala. En varias ocasiones se desplazó hacia delante, pero el frío viento la impulsaba atrás otra vez.
El pasajero Robert Weber grabó el incidente en video y dijo a Fairfax Media de Australia que el viento azotaba la serpiente contra un costado de la turbina, lo que dejó varias manchas de sangre.
La pitón logró aferrarse al avión hasta que éste aterrizó en Port Moresby. Sin embargo, un vocero de Qantas dijo que el ofidio estaba muerto a su llegada.
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