viernes, 11 de enero de 2013

El ADN confirma autenticidad de cabeza de Enrique IV, fundador de la Casa Borbón

Una investigación internacional confirmó la autenticidad de la cabeza momificada atribuida al rey francés Enrique IV, fundador de la casa de Borbón.

Los investigadores, entre ellos miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, recuperaron material genético de esta reliquia y la compararon con restos de sangre del decapitado Luis XVI, uno de sus descendientes.

La muestra de sangre de Luis XVI fue hallada en el interior de una calabaza que guardó un pañuelo con la sangre de éste, depositado por un testigo de la ejecución del monarca, en 1793, tal como refleja la decoración de la calabaza.

Los resultados, publicados en la revista Forensic Science International, revelan que el ADN de la sangre del pañuelo y el de la cabeza momificada pertenecen a la misma línea de descendencia paterna y mantienen una distancia de siete generaciones, informó hoy el CSIC en una nota de prensa.

Dichas características son las mismas que relacionan el parentesco entre ambos monarcas franceses.

En 2010, dos estudios independientes intentaron verificar la autenticidad de ambas reliquias.

El investigador de la Universidad Médica de París Oeste (Francia) Philippe Charlier dirigió el análisis de la cabeza de Enrique IV, con unos resultados que arrojaron 22 evidencias anatómicas, históricas, patológicas y antropológicas que permitieron afirmar casi con certeza que se trataba de la cabeza del rey.

No obstante, el investigador del Instituto de Biología Evolutiva (centro mixto del CSIC y la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona) Carles Lalueza-Fox, que participó en el estudio, señaló que hasta ahora no había sido posible recuperar ADN del resto momificado.

Lalueza-Fox dirigió el estudio que analizó la calabaza que presuntamente contenía en su interior un pañuelo con la sangre del rey.

En aquella ocasión fue posible recuperar el perfil genético del cromosoma Y de la sangre del monarca, pero la falta de familiares con los que comparar impidió certificar que se tratara efectivamente de Luis XVI.

La coordinación entre ambos investigadores permitió unir ambas evidencias y confirmar la autenticidad de dichas reliquias.

Del trabajo se desprende que la genética de los monarcas consta de un linaje de cromosoma Y extremadamente raro en las poblaciones actuales.

Al ser Enrique IV el fundador de la actual Casa Borbón, todos los miembros varones actuales de dicha casa deberían tener este mismo cromosoma Y.

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