domingo, 30 de diciembre de 2012

Encuentran a un español que llevaba 15 años muerto en su casa

Un anciano español que llevaba muerto, al parecer por causas naturales, al menos una quincena de años fue encontrado el pasado mes de octubre por casualidad por los servicios municipales que buscaban el origen de unas filtraciones de agua en una casa de Lille, norte de Francia.

El director departamental de la seguridad pública de Lille, Didier Perroudon, explicó en una entrevista divulgada por la emisora de radio France Info que el hombre, Alberto Rodríguez Martínez, nacido en 1921, fue encontrado en su cama en estado esquelético vestido con un pijama.
"No parece que tuviera familia en las proximidades. Al ser propietario de su casa, no llamó la atención. Por qué nadie se dio cuenta de su muerte, probablemente porque no tenía relaciones sociales en el barrio", especuló Perroudon. "Es la muerte de un hombre solo en una sociedad en la que no prestamos atención a nuestro vecino", concluyó.

Sin embago, gracias a los documentos hallados en el registro, se averiguó que Alberto Rodríguez Martínez nació el 7 de agosto de 1921 en Santander, que su padre se llamaba Salustiano Rodríguez y su madre, Concepción Martínez. Se sabe que llegó a Francia en 1948 con un permiso de trabajo de 10 años, renovado periódicamente en Lille, según ha publicado 'El diario montañés'.

A finales de la década de 1960 entabló una relación con una viuda sin hijos, que le llevaba 40 años, y que le nombró heredero universal de todos sus bienes. Cuando la mujer falleció en 1971, a los 90 años, su amigo español heredó no menos de tres inmuebles y una importante suma de dinero repartida en varias cuentas bancarias. 

Una pequeña fortuna que ha quedado sin herederos desde que el pasado 19 de octubre un funcionario municipal descubrió un esqueleto en el primer piso de una casa de tres plantas situada en el número 9 de la calle Saint-Jacques, en pleno corazón del casco antiguo de Lille.
Hacía tiempo que una vecina se quejaba de humedades y los servicios del ayuntamiento se decidieron a allanar aquel domicilio a todas luces deshabitado.

El cadáver momificado yacía tendido en la cama, vestido con un pijama gris de rayas, sin signos aparentes de violencia. Las puertas y ventanas no habían sido forzadas ni había rastros de intrusos. Las últimas cartas sin abrir encontradas en la casa databan de principios de 1997, lo que indicaba que llevaba como mínimo una quincena de años allí olvidado. Ahora Alberto Rodríguez Martínez por fin podrá descansar en paz.

http://www.elperiodico.com

1 comentarios:

kelmostarin dijo...

¿Más en paz que en su propia cama?